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Fuera de medida
A veces hay gente que entra en la tienda y que piden si les puedo hacer alguna prenda a medida. La respuesta siempre es (y será) no. Mi madre era modista y aunque hace años era muy normal hacerse ropa a medida, ya se encontraba con clientela potencial que no le valoraba el trabajo.
Muchas veces no somos conscientes que una pieza a medida lleva tiempo, se tiene que hacer un patrón único, que después no se volverá a utilizar y que también hay que hacer, como mínimo, un par de pruebas. Esto implica un tiempo que se verá repercutido en el precio de la pieza.
Recuerdo que mi madre tenía una clienta que en lugar de mirar modelos en revistas tipo Burda (he crecido con esta revista!) o Patrones se presentaba con el Hola de turno y quería que le copiara un vestido que llevaba Isabel Preysler (estoy hablando de hace treinta años y esta mujer ya era un icono!). El problema es que el vestido era un Ives Sant Laurent con un tejido fantástico y que la clienta venía con una tela que había comprado en los Encantes. Y no hace falta decir que la señora no tenía la misma silueta que la Preysler, así que la cosa siempre estaba abocada al desastre. Entendéis ahora por qué digo que no?