No hay productos en el carrito.
Nuestra piel
Hace poco mi amiga Carme me recomendó un documental sobre la manera de consumir la ropa que tenemos en la actualidad. Si lo queréis ver, el documental está en Netflix y se llama «The true cost» y habla principalmente de la fabricación de ropa que este modo de consumo masivo que nos han impuesto comporta y los costes, tanto ecológicos como humanos, que genera fabricar lo que ahora decimos «fast fashion». O sea, aquello que se hace ahora ,cada vez que salimos me compro una camiseta que ,total, me cuesta cuatro duros y así renuevo vestuario. El documental dice cosas muy interesantes, pero que ya las hemos oído otras veces, porque ya sabéis que éste es uno de los temas que más trato y que siempre hablo del término contrario a la fast afashion, de la slow fashion.
Pero una de las cosas que más me llamó la atención y que no me había planteado hasta ahora es que sale la propietaria de una granja de algodón orgánico de los Estados Unidos que hace una muy buena reflexión: cada vez queremos que la comida sea más orgánica y ecológica porque nos preocupa (y hacemos muy bien en preocuparnos) nuestra salud, pero encima del órgano más extenso que tenemos, nuestra piel, nos ponemos cualquier cosa. No podría estar más de acuerdo.